¡Sedán Subcompacto: 🏆 ¿Cuál Reinará en 2024? 🏆 Chevrolet Onix vs. Nissan Versa vs. Kia Río!
¿Buscas un sedán subcompacto que te ofrezca tecnología, estilo y seguridad a un precio competitivo? ¡Te ayudamos a elegir el mejor entre Chevrolet Onix, Nissan Versa y Kia Río en este análisis a fondo! Tags: sedán subcompacto, chevrolet, nissan, kia, onix, vers
¡Hola, fanáticos del motor! 👋 Hoy vamos a enfrentarnos a un reto emocionante: decidir cuál de estos tres sedanes subcompactos reina en 2024: el Chevrolet Onix, el Nissan Versa y el Kia Río. 🚗 Estos tres modelos se han ganado un lugar en la cima del ranking de ventas de su segmento, pero ¿cuál ofrece la mejor combinación de tecnología, rendimiento, seguridad y precio? Acompáñame a descubrirlo en este análisis detallado.
Diseño: Más que simples transportes
🚗 El diseño ya no se limita a la simple funcionalidad. En México, y en muchas otras partes del mundo, la estética sigue siendo un factor determinante de compra. No es de extrañar que veamos líneas más cuidadas en estos sedanes.
El más joven del trío es el Chevrolet Onix, con un estilo bastante discreto, como los últimos lanzamientos de la marca. Se aprecian elementos clásicos como una parrilla de doble puerto cromada, calaveras LED y unos sencillos rines de 16 pulgadas. La versión que nos llegó, la Onix Premier, incluye algunos accesorios que se venden por separado como el alerón, el splitter y los faldones.
El Kia Río, que recientemente recibió una ligera actualización cosmética, se destaca por un diseño más moderno. Se retocaron ambos parachoques y se añadió la versión Sport, con un toque más deportivo, respondiendo al interés de los clientes por una versión con más personalidad.
Finalmente, el Nissan Versa dio un cambiazo respecto a su generación pasada. Luce fresco, con una parrilla en contraste y rines bitono. Es el único de los tres que no lleva calaveras LED, pero también es el único con faros LED más allá de las luces diurnas.
Interior: Una experiencia más que visual
El interior es donde realmente comienzan los cambios significativos.
En el Chevrolet Onix, los acabados son los más modestos del trío, aunque el Río tampoco se queda muy lejos. Todos los plásticos son rígidos, incluso el del descansa brazos. El Onix solo tiene un recubrimiento de cuero para los paneles de las puertas delanteras, el volante y la tapicería. La posición de manejo es fácil de encontrar y la mayoría de los controles quedan a la mano. Únicamente hay detalles muy específicos que mejorar, como el descansa brazos, el reposapiés o el control de la computadora de viaje. La cabina en general se percibe, hasta cierto punto, sencilla y con un margen de mejora en ensambles.
Donde el Onix compensa y realmente se vuelve convincente es al hablar de conectividad. En este sentido, ningún otro sedán lo supera. Los servicios de OnStar representan una ventaja importante: puedes localizar el vehículo en caso de robo, tienes llamada automática de emergencia en caso de accidente, navegación paso a paso con una persona que te va diciendo por donde ir. Según el paquete seleccionado, también puedes tener internet para hasta siete dispositivos y desde el teléfono puedes obtener información del vehículo o abrir las puertas.
El resto del equipamiento también apunta a lo alto de la categoría: tenemos climatizador automático, sensores de cámara de reversa, llave inteligente, y además, el Onix es el único con cuatro vidrios de un toque y cargador inalámbrico para teléfono. Lo único que quizás hecho un poco de menos es el encendido automático de faros LED, un quemacocos y una pantalla más interesante para la computadora de viaje. En funciones, es muy completa. De hecho, me atrevería a decir que es la más completa de los tres, pero en gráficos, es bastante sencilla y monocromática.
En cuanto a espacio interior, estamos ante una de las mejores cartas de presentación de este modelo. El espacio para piernas es muy bueno, similar a lo que ofrece el Versa. Donde saca la delantera el Onix es al hablar de lugar para la cabeza. Me sobra más de un puño, me parece que está bastante bien para este segmento.
Donde hay un margen de mejora es en comodidades. Sí tenemos las dos salidas USB para que las personas que van atrás puedan cargar sus dispositivos, pero no tenemos un descansa brazos central, y creo que la ausencia más importante es que no hay una cabecera aquí en medio. Entonces, eso quizás le puede restar algo de puntos, sobre todo al hablar de seguridad.
Pasamos ahora al Kia Río. De los tres, es el que más tiempo lleva en el mercado, aunque su cabina disimula bastante bien el paso de los años. Se extrañan piezas más suaves, porque todo aquí adentro es plástico rígido. Lo bueno es que la combinación de colores y texturas rescata la percepción de calidad al interior. Esta versión Sport, en concreto, lleva contrastes azules en algunos acabados del tablero y también para la tapicería. La posición de manejo es correcta y fácil de encontrar. De frente, vamos a tener el cuadro de instrumentos, que ahora es a color y un poquito más grande que en el Río anterior, pero sigue siendo bastante sencilla en cuanto a funciones. Únicamente podemos ver velocímetro, odómetro, consumo y algunos ajustes.
Su equipamiento es bastante completo y tenemos algunos elementos que no están disponibles ni en Versa ni en Onix. Aquí hay, por ejemplo, quemacocos, espejos plegables eléctricamente, cajuela de apertura de manos libres y la pantalla de infoentretenimiento más grande de la categoría: 9 pulgadas. Además, tiene el plus de contar con Apple CarPlay de manera inalámbrica. Esto no lo lleva ningún otro sedán en esta categoría.
En cuanto a espacio interior, la cabina del Río es ligeramente más pequeña que la del Versa o la del Onix. El lugar para piernas, por ejemplo, es algo más pequeño en este caso, aunque sigue siendo bueno. Este asiento, como siempre, está colocado en mi posición de manejo. El lugar para la cabeza, ni bueno ni malo, simplemente cumple con la normativa de la categoría. Yo mido 1.70 m y me sobra aquí un puño. Lo que sí creo que pueden mejorar son algunos aspectos de comodidad. Por ejemplo, no tenemos un descansa brazos que baje de aquí, del asiento central. Y los puertos USB: sí tenemos un puerto de carga, pero sus competidores ofrecen dos, entonces creo que es un pequeño margen de mejora para este modelo.
Finalmente, el Nissan Versa. El interior del Versa me parece el mejor logrado de los tres, por varios motivos. Para empezar, es el único con superficies suaves gracias a este recubrimiento como de cuero en el tablero, realza bastante la sensación de calidad y rompe con la sensación de que todo aquí al interior es plástico rígido (que también lo hay).
Eso por un lado. Por el otro, su puesto de conducción me parece el más cómodo de los tres, sobre todo para viajes largos, y todo gracias a este descansa brazos. Sí se ve algo sobrepuesto, parece como el de un avión, pero es realmente funcional para poder recargar el codo sin soltar el volante. Eso es algo que no puedes hacer ni en Río ni en Onix. Otro punto importante es el cuadro de instrumentos, que es prácticamente digital. Lleva una pantalla de buen tamaño, a color, con múltiples vistas. Entonces, con unas cuantas pulsaciones, puedes obtener fácilmente información del teléfono, de la música, de la computadora de viaje, del tacómetro. Entonces, puedes adaptarlo además a tu gusto.
Pero no todo es miel sobre hojuelas en este auto. Por un lado, la pantalla de infoentretenimiento sí cumple en resolución, cumple en tamaño, pero no ofrece el sistema un plus como el que sí tiene quizás el Onix con OnStar o Río con Apple CarPlay inalámbrico. Además, aunque tenemos este descansa brazos que, como dije, es cómodo, eso le quita la posibilidad de llevar un espacio más amplio de almacenamiento aquí en la consola central.
Al hablar de equipamiento, Versa también resulta bastante completo. Solo hay dos ausencias que llegué a notar: una es el control de velocidad crucero y otra quizás un quemacocos. Pero, de ahí en fuera, es el único con espejos laterales calefactables, faros LED, navegación y cámara de visión de 360º. Pero lo más importante son las asistencias de manejo. Para esta generación, Versa dejó de flaquear en seguridad y, de hecho, se convierte en la opción más interesante. Al igual que Onix y Río, lleva control de estabilidad y seis bolsas de aire. Pero donde marca la diferencia es al incluir monitor de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero y alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia. Este sistema, de hecho, no está disponible incluso en vehículos más grandes, como quizás Jetta, Mazda 3 o Ford Focus.
En cuanto a espacio, Versa se defiende bastante bien. Tenemos muy buen lugar para piernas, de lo mejor que hay en esta categoría, junto con Onix. Donde queda algo justo es en lugar para la cabeza. Aquí no alcanzo a colocar mi puño. Es de los tres que estamos evaluando el más bajo. Donde también saca una ventaja es que es el único que lleva un descansa brazos en esta parte. Entonces, esto vuelve pues más cómodos los viajes, sobre todo pues en carretera, que puedes colocar aquí los objetos y también tenemos dos puertos USB de carga para quienes viajen aquí atrás.
Ahora, al hablar de la cajuela, tanto Versa como Onix y Río lo tienen como uno de sus mejores argumentos. Y es que los tres rondan 480 L de capacidad, lo cual está muy bien e incluso puede hacer sombra a vehículos más grandes, pues de un segmento compacto. Lo que sí es que Versa, y por tonto que pueda sonar, es el único que se puede abrir desde fuera. Río sí tiene apertura de manos libres, pero no tiene un botón para hacerlo, y Onix tampoco. Tiene que ser a través de un botón desde el interior o con la llave.
Hasta ahora, tan solo con interiores, hemos encontrado enfoques muy particulares: uno persigue la seguridad, otro la tecnología, y otro más bien el equilibrio. Vamos a ver entonces qué contrastes encontramos al oprimir el botón de encendido.
Manejo: Encendamos la pasión por el asfalto
Como ya lo imaginabas, mi favorito, al menos en términos de manejo, es el Chevrolet Onix. A lo mejor su manejo no es el más emocionante por la suavidad de todos sus ajustes. La dirección es muy ligera, la suspensión es blandita, y esto se traduce, evidentemente, en muchísimo confort, que al final es lo que más importa en este tipo de vehículos. Pero lo que lo hace particularmente interesante es el motor turbo. Onix es el único vehículo de esta categoría con un motor turbo, y más allá de la potencia, es importante destacarlo porque no pierde potencia según la altitud de la ciudad en la que se maneje. Su motor desarrolla 130 caballos y 140 lb-pie y casi no hay turbo lag. Entonces, no se siente ahogado ni al arrancar, ni a velocidades bajas, ni al salir de un tope, y eso es muy bueno. Si a esta buena respuesta a bajas revoluciones le sumamos que Onix es el más ligero de esta comparativa, tendremos, por un lado, sí, un sedán más ágil, definitivamente, de esta categoría, pero también a uno con un muy buen rendimiento de combustible. Promediamos 11.4 km/L, que se queda muy parecido a lo que encontraríamos quizás en Río o en muchos otros de sus competidores, pero con una ganancia en desempeño abismal. Lo único que no me gustó de este motor es que vibra bastante. Es algo clásico de los motores de tres cilindros y si estás en un semáforo, por ejemplo, esperando a que la luz se ponga en verde, vas a sentir incluso el asiento vibrando. No llega a ser molesto, pero bueno, al final la sensación está ahí.
Y pues ya está, eso es lo que tengo que decir respecto al manejo del Onix. Entonces, lo estaciono por acá y me subo a Río.
Dado que la reciente actualización de Río fue nada más de equipamiento y algunos retoques estéticos, vamos a encontrar el mismo motor de 121 caballos y 111 lb-pie. Este motor pues le queda bien para los propósitos del vehículo, para mantener un buen ritmo en carretera y moverse con cierta soltura en la ciudad. En realidad, su único talón de Aquiles es el consumo. Y es que promediamos alrededor de 10.5 km/L que, para un vehículo de esta talla, empieza a ser un rendimiento un tanto bajo.
En el polo opuesto, creo que uno de los aspectos más destacados de Río es justamente su manejo. Me parece que es el que más sensaciones transmite, sobre todo si te gusta un manejo con algo de chispa. No te confundas, porque no tiene sensaciones deportivas como ningún vehículo de esta categoría las tiene, pero al final sí te sientes un poco mejor conectado con el auto, por una dirección un poquito más comunicativa, también un mejor tacto de frenos y una suspensión que pisa con algo más de firmeza que la media del segmento.
La transmisión es automática de seis velocidades, como la del Onix. Entiende bien los momentos del motor, también entiende las intenciones del conductor, pero hay algo importante que mencionar y es que Versa y Onix sí tienen un modo de sobremarcha, un modo de altas revoluciones. En este caso, Río no, pero sí tenemos modo manual.
Ahora dejo estacionado Río y te cuento sobre el manejo del Versa.
Quizás el punto más flaco del Nissan Versa es el manejo. No es que lo haga mal, es cómodo, mantiene la compostura en maniobras de emergencia, simplemente no tiene algo que lo haga especial, algo en lo que destaque. No tiene el motor turbo del Onix, por ejemplo, ni llega a ser tan comunicativo como quizás lo es Río. El Versa emplea un motor de 118 caballos y 110 lb-pie. Pero a diferencia de sus rivales, que llevan una caja automática tradicional, Versa lleva una automática continuamente variable CVT, que lo que busca es ahorrar combustible y lo logra. Promediamos 12.7 km/L, que están muy bien. Es el mejor consumo de esta de esta comparativa, pero a cambio tenemos una caja con este efecto como de estancamiento en algún punto del rango de revoluciones y también algo ruidosa. Para el día a día no está mal porque este efecto de estancamiento o de ruido que te acabo de comentar solo sucede cuando le exiges al motor, cuando la demanda del acelerador es alta. De otro modo, para la ciudad no debes tener mayores dificultades. De hecho, en ese sentido, es bastante cómodo para el día a día porque la suspensión se entiende bien con los baches, se entiende bien con topes y ya en carretera a velocidades mayores sorprende por su aplomo. Jamás llega a sentirse nervioso. No es un auto rápido, tampoco llega a pecar de lento, simplemente pues tiene las prestaciones habituales de esta categoría. El desempeño de cualquier otro subcompacto, no sobresale como Onix con su motor turbo, pero el manejo cumple para carretera o para la ciudad, siempre que entiendas pues eso, que el motor no es para un vehículo deportivo, simplemente pues un auto familiar.
Costos: ¿Cuánto cuesta la corona?
Antes de declarar a un ganador, hablemos de costos, porque hay diferencias importantes. De los tres, el más caro de mantener por un periodo de tres años fue el Kia Río, aunque el Nissan Versa tampoco se queda muy lejos. El Chevrolet Onix es el más barato porque sus servicios se realizan anualmente y cuestan más o menos lo mismo que los de Río y Versa, que se realizan cada seis meses.
Ahora, al hablar de garantías, Kia se va al polo opuesto y se convierte en la opción más interesante por su cobertura de 7 años. Nissan y Chevrolet ofrecen la tradicional de tres años o 60,000 km.
Y finalmente, en cuanto a seguros, los tres rondan una cuota de entre 12,500 y 13,000 pesos.
El ganador:
¡Ahora sí, hablemos de posiciones!
El tercer lugar es para el Kia Río. No sigue pareciéndonos uno de los sedanes más recomendables de esta categoría, pero la marca desaprovechó esta actualización para volverlo a convertir en el referente que fue hace algunos años. Prefirió ponerle algunos accesorios deportivos, que hacen espacio para las asistencias o el motor turbo que ya ofrecen sus competidores.
La segunda posición es para el Chevrolet Onix. La combinación de motor turbo y conectividad lo convierten en un sedán realmente interesante, que salvo por algunos aspectos de acabados al interior, no flaquea en ningún aspecto. ¿Por qué no rebasa a Versa? Por seguridad.
El Nissan Versa se catapulta hasta el primer lugar por sus asistencias de manejo. Contar con un sistema que evita que choques nos parece una ventaja importantísima. Eso, combinado con un manejo equilibrado y un interior bien trabajado, lo convierten en el ganador.
Pero ojo, porque este Versa cuesta $344,900 pesos y el Onix se queda en $322,900 pesos. Onix, en teoría, no compite contra Versa Platinum, sino contra Versa Exclusive, que cuesta $327,900 pesos.
Solo por curiosidad, añadimos esta versión de Versa a nuestra tabla comparativa, y sin las asistencias, Onix sería el ganador.
Entonces, si tu presupuesto máximo es de $320,000 pesos, Onix nos parece la opción más interesante, pero definitivamente te recomendamos hacer el esfuerzo por unos $20,000 extra para dar el salto hacia el Versa Platinum con todas estas asistencias.
¡Espero que este análisis te haya sido útil para tomar la mejor decisión! ¿Con qué sedán subcompacto te quedas? Comparte tu opinión en los comentarios.
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Preguntas frecuentes:
1. ¿Qué motor turbo tiene el Chevrolet Onix? El Onix tiene un motor turbo de 1.0 L que genera 130 caballos de fuerza y 140 lb-pie de torque.
2. ¿Qué tipo de transmisión tiene el Nissan Versa? El Versa utiliza una transmisión automática continuamente variable (CVT).
3. ¿Qué sistemas de seguridad incluye el Nissan Versa Platinum? El Versa Platinum ofrece una serie de sistemas de seguridad que incluyen: control de estabilidad, seis bolsas de aire, monitor de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero, alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia.
4. ¿Cuál es la diferencia de precio entre el Chevrolet Onix y el Nissan Versa Platinum? El Versa Platinum tiene un precio de $344,900 pesos, mientras que el Onix Premier cuesta $322,900 pesos.
5. ¿Qué otros sedanes subcompactos hay en el mercado mexicano? Además de los que hemos analizado, también se encuentran el Volkswagen Virtus, Hyundai Accent, Peugeot 301 y otros.
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